14 BAFICI: "El rascacielos latino" de Sebastian Schindel

Por Rocío Mariel González

Schindel construye una película de docu-ficción que atrapa al espectador desde los créditos.

La hiper difundida relación entre el Palacio Barolo, en Avenida de Mayo 1370, y la Divina Comedia de Dante Alighieri, a simple vista parecería estar poco fundada: arquitectos y especialistas en Dante dicen no tener pruebas de que esa conexión fuera algo que Mario Palanti, el arquitecto responsable, diera a conocer.

Pero Schindel, a modo de un detective de los años '40, sigue la pista que lo llevará a lugares insospechados. Como buen policial, la trama se va complejizando de a poco, y los nexos entre la Fede Santa (una rama de los Templarios a la que pertenecía el Dante), la Logia Masónica (a la que pertenecían tanto Barolo como Palanti) y el fascismo (ambos eran italianos y tenían conexiones con el Duce) se hacen cada vez más estrechos. Nada es lo que parece. El Palacio Barolo está rodeado por un halo de misterio y secretismo: Barolo se suicida antes de que esté terminado, Palanti se retira y nunca se sabe más de él, una escultura suya del Dante que supuestamente debía estar en el hall central aparece misteriosamente en Mar del Plata, pero antes de que la rescanten es robada. ¿Estaba destinada esta obra arquitectónica de principios del siglo XX a ser el lugar de descanso final de los huesos del poeta florentino? ¿Está en esa locación de Buenos Aires ubicado el Purgatorio al que Dante refiere en su poema?

Schindel nos presenta un film que parece estar más cerca de la ficción que del documental, por el carácter esotérico de lo relatado. Recuerda por momentos a El péndulo de Foucault, donde Umberto Eco imaginaba una historia en la que los templarios viven hasta el presente ocultos en otras sectas, protegiendo un secreto vital...

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