Revista Notas #37 - Acceso a la Vivienda

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Quince años en vivienda El estado de la cuestión de los últimos 15 años para el acceso a la vivienda en Argentina en general y en la Ciudad de Buenos Aires en particular. Olga Wainstein-Krasuk | Arquitecta UBA, Mg. Desarrollo Económico Local UNSAM/UAM. Alicia Gerscovich | Arquitecta UBA, Especialista Tecnología y Producción del Hábitat UBA.

Es un gran desafío sintetizar los avatares de una problemática que parece un ovillo sin fin. Nuestro país, al igual que el resto de Latinoamérica, ha aplicado diversas políticas, planes y programas con distintos resultados sin lograr disminuir un déficit que crece día a día, pero… ¿cuál es el verdadero núcleo de la cuestión? En primer lugar no podemos hablar de vivienda sin hablar de hábitat, sin pensarla como un sistema de acción local que articule distintas esferas de política urbana, social, económica, habitacional. La respuesta en los años 70 de construcción de los grandes conjuntos habitacionales, con tipologías de alta densidad y realizados en la periferia de las grandes ciudades, tuvo su correlato a nivel mundial de ser epicentros de grandes estallidos sociales. Cientos de papers se escribieron sobre sus causales; sin embargo, los estamentos políticos y técnicos no profundizaron en los mismos y repitieron errores concentrando pobreza, provocando marginación social y espacial, perdiendo así la riqueza de una sociedad policlasista y cultural que se desarrolla en la convivencia y el intercambio. A partir del 2004, uno de los programas implementados por el gobierno nacional con mayor inversión y altamente publicitado ha sido el Programa Federal de Vivienda, que entre las Etapas I y II totalizaron la propuesta de construir 420.000 viviendas en 4 años en todo el país. Nación cubriría 100% de su costo e infraestructura, admitiendo un costo

complementario en caso de necesitar adquirir los terrenos. El Programa tardó más de diez años en llevarse a cabo. Algunas de las causas de las demoras fueron la lentitud de las adjudicaciones de las obras y el ritmo de construcción, por la falta de tierras a precios adecuados según su incidencia en el costo final de la vivienda, y la tardanza en el acceso a los fondos necesarios por parte de los municipios. El resultado fueron barrios de muy baja densidad, que impactaron en la ocupación del territorio más allá de sus límites urbanos, e incitaron a la desarticulación y homogeneización del paisaje, avanzando en algunos casos sobre tierras productivas rurales. Se realizaron proyectos con respuestas tipificadas, desconociendo el contexto social y cultural local, ignorando necesidades y aspiraciones del núcleo familiar. Ha habido falta de reflexividad por parte del sector público al propiciar la expansión no planificada de la ciudad sin crear condiciones de urbanidad, que ignoraron el valor del paisaje cultural sin tener en cuenta la sustentabilidad necesaria del desarrollo urbano. Los gobiernos pasan y las promesas incumplidas se perpetúan. En julio de 2016 el Gobierno Nacional puso en marcha uno de sus planes más ambiciosos en términos políticos1, económicos, sociales y electorales. Con una inversión en torno de los $100.000 millones en los próximos cuatro años, expresó que esperaba construir 120.000 viviendas sociales nuevas, re-urbanizar las 505 comunidades más

1 "Mauricio Macri presentará mañana una nueva línea de créditos del Plan Procrear". Disponible en: http://ly.cpau.org/2tRSB9E

NOTAS CPAU 37


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